martes, 4 de julio de 2017

Pa1

Hola
eres lo único que quiero ver cuando despierte,
y cuando vaya a dormir,
y en todo el puto día.

Sabes,
las relaciones fáciles, cualquiera las tiene

Me encantas por como eres por dentro,
y por como me haces sentir.

Te quiero en mi vida,
definitivamente
pero si no estás en ella,
se que pasaré buscando toda la vida
lo que encuentro en ti.

Te amo
y lo único injusto
es que no te tenga a mi lado...
del resto, ya nos encargaremos en lo que nos queda de vida


martes, 7 de marzo de 2017

00000 1201 aqui me quedé en wattpad



Aunque te arranquen los pétalos jamás pierdes tu belleza,
belleza que pertenece a todo aquel que sepa entenderla
hay  un espacio vacío que solo se llena con tu voz, 
con tu aroma, con el rojo de tus labios, de tus delicados pétalos.


Tu belleza, hace mil poetas
mil canciones, mil locos y mil locuras,
mil razones para amar la vida,
y una única razón para buscar
morir en la inmortalidad de tus ojos.


Eres el único lugar en donde cada amanecer quiere vivir,
mientras el sol desea salvar su vida en tus ojos
mientras tu voz es una mezcla de alegrías y de tristezas
que atan el alma de maneras irresistibles en cada suspiro.


Un día sin mirarte no vale la pena,
por eso mi sombra busca tu reflejo,
para sumergirse para siempre en el infinito caudal
que arrastra miradas sin piedad,
que conduce destellos hacia la locura
y que asesina corazones mientras nuestras sombras se miran.


Borras toda imposibilidad de la humanidad
con una simple sonrisa,
y haces hermosa la existencia
por el simple hecho de existir,
de mostrar tus pétalos rojos
por los cuales vale la pena morir entre espinos.


Tus secretos solo sabe mi alma, pero es muda,
así que mis manos te escriben tratando de sacar parte de ella,
pero no consiguen describir ni siquiera  un solo segundo
del motivo por el cual las flores crecen,
del motivo por el cual el  mundo vive,
tú.


Puedo darme cuenta de que tengo dos sombras
la tuya y la de mis poemas,
tus labios están detrás de cada línea que escribo,
y tus ojos detrás de cada letra que anida bajo mi piel,
tú eres más grande que todos los sueños del mundo,
que toda la poesía,
porque con una simple palabra tuya,
siento que estoy de vuelta a donde pertenezco.


Sentir, vivir,
yo prefiero morir en tus ojos para siempre,
puedo sentirte sin verte,
acariciarte sin tocarte,
y con un simple gesto tuyo
con una simple palabra,
puedo estar en casa a pesar de estar muy lejos.


Cuando vayas a dormir,
llévame contigo,
no me olvides, no me dejes improvisando,
llévame a casa,
a ti,
mi verdadero hogar,
quiero regresar sin haberme ido.


Eres la poesía que nunca se acabará de escribir,
la magia que ningún Dios podrá crear
y la belleza que ningún poeta podrá describir.









domingo, 7 de agosto de 2016

Canción de cuna




Un espíritu me ha cegado,
pero hoy he despertado después de haberme quedado dormido tanto tiempo,
y quiero llorar, pero mis lágrimas están secas,
siempre he estado muerto,
me he dado cuenta por los pocos instantes de vida que he tenido,
y por los pocos momentos en los cuales mi alma gritaba.


He decidido encargarme de la vida
desde el alba pueril,
por lo cual mi espíritu suicida se ha agobiado
en un infinito proceso anaerobio de memorias,
las cuales vienen y van, permanecen y nunca mueren,
mientras buscan afanosamente algún indicio de libertad,
libertad, la cual creemos tan profundamente que la tenemos,
libertad, como un león rojo en un baño tibio de muerte.


Mi esencia ha querido unirse a la tuya
por un vinculo irresistible que solo puede ser creado por tu mirada,
mi esencia ha querido salir de mi cuerpo
hoy más que nunca,
y se ha sofocado en el vacío del espacio infinito.


Prefiero vivir
prefiero estar vivo y morir lentamente,
morir consumido por el dolor,
provocado por cada partícula que quiere salir de mi piel,
cada partícula que eternamente
será atraída infinitamente y de manera irresistible hacia ti,
hacia tu alma,
hacia tu cuerpo,
hacia tus labios,
hacia tus piernas,
hacia tu cruel mirada.


He descubierto
que oculto y escondido en lo más profundo de mis miedos
existe un insaciable deseo,
un deseo de guerra,
un deseo de muerte,
un deseo de ir al infierno,
junto a tu boca,
y que la vida no puede ser vida sin ese infierno de llamas inextinguibles
que nos consume hasta quemarnos de la manera más deleitable,
que pulveriza el cuerpo,
que despierta demonios ocultos en las sombras.


Una y otra vez miro tus recuerdos,
rondando por mi cabeza,
y es allí donde empieza el ansioso deseo de conflicto
el cual ha hecho que razas sobreviva por eones
es allí donde ataca como un lobo fragmentando mi ser,
y entonces, los elementos de la naturaleza,
no son más que arena en el desierto,
no son más que carcoma de los muertos,
no son más que fantasmas vagando en el purgatorio.


Aquí los umbrales del universo están podridos,
aquí no se origina la vida,
solo hay muerte,
aquí las sombras de las ruinas del vacío se quedan para siempre
y por siempre consumen toda la vida,
y toda la muerte.


Sin embargo, he decidido amarte
aunque tu música suene a heridas que no quieres curar
y te escondas en espejos de humo de cigarro,
aunque te refugies al creer que estas escribiendo
sola en tu almohada, con tinta de lágrimas,
aunque solo puedas amar  la tragedia
mientras consumes tus derrotas
para poder mantener la esperanza,
esperanza que miras como una opción,
mientras disfrutas al presionar tu llaga.


Te amo porque he elegido amarte,
y porque mis manos te acariciaron
mientras estaba a punto de caer,
entonces tú, con una simple sonrisa,
sofocaste las llamas del infierno,
de la vida,
tú,
el efecto de tu sonrisa me enamora mil veces
y de mil maneras distintas,
y en un mundo lleno de drogas
no puedo consumir más que tu mirada,
en un mundo lleno de mujeres,
no puedo amar a nadie más.


Desgarro mi alma cada vez que te extraño,
y me encuentro caminando en círculos atraído hacia tu mirada,
una mirada que no tiene principio ni fin,
una mirada llena de aprensiones y desasosiegos,
una mirada sin decisiones,
una mirada sin intención,
sin embargo para mí lo es todo,
es la vida, es el origen del mundo,
es el origen de cada partícula de mi alma,
cada partícula que nace del proceso generativo,
y tú no puedes percibir que todo aquel proceso,
que todo el arte, que toda la música,
que todas las palabras que se han dicho y que nunca se dirán,
se originan en lo más siniestro de tus ojos.


Mi alma ha sido despedazada
pero quiere mantenerse junta por una leve capa de piel
se mantiene estable como un hilo de Ariadna,
en el continuo caos de la muerte a la que llamamos vida,
y yó he decidido seguir despedazando los millones de pedazos,
he decidido continuar con el siniestro acto obscuro,
de seguir destrozando mi alma,
hasta lograr descomponer los átomos de su materia,
hasta que no quede nada.


Pedazos míos cada vez más cerca de los tuyos,
pedazos con un deseo infinito de mezclarse,
de formar un solo individuo despedazado,
de gritar en la fosa de la muerte.


He aprendido que un corazón abierto jamás tendrá oportunidad de cerrarse,
cuando la locura ha despertado y se ha vuelto desesperación,
y se ha mezclado con el insomnio,
un insomnio lleno de recuerdos tuyos
me he dado cuenta
de que el dolor de estar hecho pedazos se ha tomado una siesta,
y si despierto serás la cura,
si no lo hago serás el virus,
si no lo hago serás el cáncer


Yo me he aferrado
a tus ojos,
que son un diluvio de lagrimas que lo consume todo,
lo consume en círculos,
y ya no es necesario reflexionar ni vivir,
ya no es necesaria esta muerte pintada en lienzo escarlata,
y aunque creas que estás libre de todo mi sombrío bosque,
y aunque corras y huyas de esta vida,
no podrás librarte de mis partículas,
que están eternamente atraídas por tu centro del tornado,
que siempre se mezclaran en tus sueños,
que están siempre delante de ti, ocultando tu paranoia,
o que se infiltrarán a través de tu piel y de tus lágrimas,
y aunque no me veas, estaré  allí para siempre,
siempre que cierres los ojos.


Veo una sonrisa que deja ver
mi arte para la nada,
mi locura tomando un viaje cada vez más corto,
veo tus tristes flores en el ataúd,
que se mueven atraídas por un huracán,
y entonces te miro al alma
y eres lo que escribo,
te miro a los ojos
y miro el latir de un corazón sin vida,
tú me das la esencia generativa
de mi desconsuelo, mis instantes de vida,
y a pesar de que estoy muerto
tus palpitaciones me llenan de vida.


He visto mi propia tumba,
al fin la encuentro,
mi catástrofe, mi cruz, mi destino,
delirios que rondan por mis sueños,
canciones de cuna para poder dormir,
canciones de cuna para curar insomnios,
insomnios llenos de recuerdos tuyos,
recuerdos infinitos, recuerdos que nunca se van,
recuerdos que nacieron para nunca morir,
para ser eternos,
aunque lleven a la eterna desolación,
a la eterna soledad y un sin fin de rumores.


Después de todo solo podemos elegir como morir,
destrucción o amor.


Yo, que me he cuestionado
al tenerte como mi propio elemento,
yo, que me he envanecido de mi poder
para controlar mi alma,
con una sola palabra tuya,
con un simple gesto suave y apacible,
he sucumbido al más profundo abismo,
al averno, en lo más patético y miserable del ser humano,
que con un suave suspiro
empieza a dejar volar la imaginación
convertida en veneno y en puñal,
en una aguja incrustada en el corazón,
y en las entrañas.


Grandes naciones y huestes de mi imaginación
están en guerra, se destruyen, se aniquilan,
mis otros millones de sonidos se entregan a sus placeres mas mundanos,
ese violín, ese piano, rondando en mis sueños,
quiero que ronden en los tuyos,
quiero que mis latidos puedan bombear tu sangre,
y que mis poemas te envuelvan en el aire que respiras,
pero el aire no es importante en la vida,
lo que importa es
cuantas veces me quede sin aire,
por tu mirada.


Muchedumbres de pueblos en el paraíso
gritan por ir al infierno
pero no lo hacen
íntimos secretos de la naturaleza
que no quieren ser descubiertos ni vistos ni tocados
por miedo de no despertar al león rojo,
que está dormido en un baño tibio de muerte.


Escucho oscilaciones que quieren propagarse,
que son creadas por tus malos recuerdos,
cortando como guadañas, cortando mis pulmones,
mientras yo trato de desahogarme,
y trato de encontrar las palabras más sublimes de la fantasía humana,
aquellas que solo existen en tus ojos,
pero me encuentro hablando solamente con mi yo fragmentado,
tus recuerdos, y tu  mirada enmascarada,
una mirada que encierra todo el arte y toda la ciencia
para la nada.


Tocan trompetas, flautas y vientos contemporáneos,
soy Dios y soy humano,
soy tu sangre en un escenario desplegado de tu piel,
soy tu sangre y mi corazón ya no palpita para mí,
camino en todas direcciones
y en todas partes encuentro la calma muerta,
la calma de hablar me encuentra un placebo
que agoniza infatigablemente,
con el otoño y con las hojas secas de tus lagrimas.


Puedo ver un pasado que agoniza de muerte,
y un león rojizo surgiendo de un baño de sangre,
tu león sedado indefinidamente,
y tu tan víctima y tan culpable, tan afligida y tan feliz,
Diosa de las Diosas del dolor,
tan experta en disfraces,
que se usan solo de palabras,
que se usan como drogas, sublimes drogas,
y yo tan fragmentado,
que cualquier disfraz me queda ridículo,
que ninguno está diseñado para tantos fragmentos de personalidades,
de emociones, de falsas palpitaciones y de obscuros recuerdos,
y me encuentro aniquilando partes de mi lado bueno, para poder sobrevivir
y me encuentro aniquilando partes de mi lado bueno, para poder vivir,
porque el lado bueno es el mas fácil de aniquilar que el lado malo,
el lado malo trae humanidad,
estupidez humana,
el lado bueno trae alienación,
privación del estado humano,
aniquilación, para intentar sobrevivir sin tanto dolor,
aniquilación,
que hace miradas frías, las cuales esconden el mas frió infierno.


Ahora puedo distinguir un simple abrazo,
un falso gemido,
porque se enredan sobre tu cuello,
y se enredan sobre el mío,
como una soga cada vez más apretada,
como un cuchillo en el corazón,
que nunca podrá asesinar,
que nunca podrá matar.


Tu voz, tu boca, preferible morir a vivir y nunca intentarlo,
pero acaso vale la pena vivir desfragmentado en millones de pedazos
agonizando con cada palpitación y muriendo con cada suspiro ?
por tí todo vale la pena,
incluso una vida.


Estoy en los limites de mi imaginación
y busco la locura de tus labios,
todos hablando con tanta cordura
todos hablando por tradición,
yo busco los confines de tus ojos
intentando encontrar las leyes del amor,
escuchando campanas, mezcladas con tu suave perfume,
que se combina con el humo de la muerte
y el sonido de la más recóndita armonía,
pero solo encuentro mis poemas y mis letras blindadas.


Estar despierto y seguir soñando con tu mirada,
estar dormido y despertarme soñando en tus besos,
cruel maldición, cruel habitación maldita,
hay una pesadilla rondando en lo alto,
y el diablo sollozando y rogando por una canción de cuna,
un inicio sin final, cruel maldición,
pensamientos eternos que no se van con el tiempo,
que no se van con la eternidad.


Puedo ver un anhelo de nuestras almas,
de danzar infinitamente en un baño frío,
desnudas, sin el cuerpo,
confundiéndose con el agua y el aire,
mezclándose con el fuego y la tierra,
no distinguiendo entre el día y la noche,
disolviendo el alba lejana
antes de que todo comience,
siempre está la tempestad en el cielo obscuro,
siempre creciendo hacia mí,
la muerte fluye lentamente
en el río de desesperación de mi alma,
detrás de ti se esconde con tus miedos
la luna llena aguantando su tiempo,
y tu perfecta el mismo instante,
en que ignorante de ello
movías la tempestad a tu voluntad,
destruías el diamante con un parpadeo,
acurrucabas leones con tu voz,
suavizabas rocas con tu perfume,
y matabas vida muerta con tu piel,
ahora veo rosas blancas,
hasta que mis huesos se conviertan en polvo,
hasta quedarme en las sombras para siempre,
después de todo
he aprendido a quedarme en ellas,
bellas sombras,
para curar la enfermedad del corazón que me diste
para curar la enfermedad del corazón que me diste
de querer que mi corazón salga de su pecho,
y que se una eternamente al abismo de tus ojos.


He despertado, después de tanto tiempo
prisionero,
escuchando las palabras más punzantes,
viendo los actos más siniestros,
sin embargo te escribiré todos los días,
hasta que mis dedos agonicen,
hasta que mi mente se destruya,
hasta que el sol deje de brillar
hasta que mi cuerpo muera,
hasta que mi alma deje de existir,
mi alma, que ya no es mía,
ya no es mía,
nunca más,
y cuando muera, tú la reclamarás,
mi cuerpo está intoxicado de ver el anochecer sin tus ojos,
intoxicado de ver el amanecer sin tus latidos.


Pintado con blanco celulosa, manché tu alma,
con letras que no son para felices ciegos,
y con una flor que nunca se marchita,
las demás flores siempre mueren,
se arrancan de su vida
y esperan tranquilas para volver a la tierra,
pero arrancarse del pecho palabras y flores,
inmortales al tiempo, pero mortales al fuego,
inmortales a mis palabras y mortales a las tuyas,
es un acto obscuro para cualquier alma,
que agoniza en mil pedazos en el mismo instante.


Veo mi alma muerta, mi espíritu muerto, y yo herido de muerte,
veo mi alma presa de mi cuerpo, hiriéndolo en cada respiración,
odiando la ley de la gravedad,
con un anhelo inextinguible de poder volar,
con un anhelo sofocado,
la veo, mientras viajo desnudo,
la veo con mis ojos, que en realidad solo pueden verte a tí.


Hay personas que no pueden ser simplemente letras,
no basta con escribirlo ni pensarlo.


Ahora me cuestiono varias preguntas
debería mi alma explotar en un millón de pedazos ?
debería mi alma descomponerse en millones de átomos
y aun así seguirse destruyendo ?
yo ya he elegido el camino de sujetarme a tus ojos,
yo ya elegí el camino de tus labios, de tu sangre de tu piel,
de tus piernas,
mi corazón ya no es mío,
pero aun así siento el fluir de mi sangre por mis venas,
mis pulmones ya no son míos, pero aun así,
con un solo suspiro me ahogo,
camino en un infatigable dolor,
camino en la mas purpura de las telarañas,
en lo más café de tu alma,
en lo más negro de tu insaciable necesidad de cordura,
de locura sin vida, de resignación, de muerte,
mientras busco las respuestas, y las preguntas siempre cambian.


Hay mujeres que no pueden ser simples canciones,
simple arte, simple infinidad,
simple eternidad, simple locura, simple cordura,
lo son todo,
y aunque te despedacen el alma
y aunque se vislumbre en el horizonte resignación al olvido sin llanto,
he decidido amarte como si no tuviera ninguna otra opción.


Aspiro tu intoxicante aroma adictiva
una cuestión neurológica
endorfinas, feniletilamina, serotonina,
aroma cambiante con mascaras maquilladas,
absorbiendo inspiración a cada segundo,
y en cualquier instante te amo, y eres lo que escribo,
te miro al alma y eres lo que escribo,
te veo, y eres lo que escribo.


Puedo saber que la muerte no es calmada,
no es serena,
y ningún tipo de sangre calmada y de muerte serena,
me hizo experto en recorrer tus venas,
ningún tipo de mirada calmada
permitió que escuchara tus latidos,
y que me diera cuenta de que estabas muerta,
sin embargo,
mi corazón seguía palpitando,
y yo también seguía muerto,
rechazando algo sobre lo cual no sabía nada,
rechazando los secretos de tus ojos más funestos,
y ahora estoy caminando lentamente al olvido,
al eterno descanso,
siguiendo un sendero que pretende tener un final trágico,
inexplorado por mis ojos pero conocido por todos,
indagaciones diarias, sondeos,
final inevitable lleno de desesperación, de ira,
día de ira, el cual llegará con una muerte de insignificancia,
de delirio mudo,
de locura callada,
sin tener ningún punto de desfogue
mas que el de gritar al vacío, al olvido, a la nada,
pero ya no tengo tanto miedo, ni temor ni dolor,
vientos como puñales,
como abismos que poco a poco van causando menos vértigo,
menos desesperación,
abismos en los que los niños juegan libremente,
juegan a cantar las fantasías más recónditas de vida,
abismos en los cuales las aves no vuelan,
se suicidan porque no aguantan el anhelo
de poder traspasar tus ojos.


En esta fría noche
estoy cruzando el siniestro bosque,
el siniestro camino de mis lagrimas secas,
y solamente veo muerte,
la naturaleza es únicamente leña para el fuego,
es polvo para la tierra,
elementos que vuelven a su ciclo,
como cenizas en el viento,
que acorralan el sabor de tu cuello.


Todavía recuerdo los instantes de vida,
pero ya no con el infatigable anhelo
de despedazar mi alma,
los vestigios de tu perfume ya no cortan el corazón,
deberían hacerlo pedazos,
deberían destrozarlo lentamente en un sinfín de rumores hirientes,
sin embargo solo lo lastiman
como lo hace un piquete de araña,
como lo hace un aullido mudo,
arrojándome a tus estériles costas otra vez,
sin poder volver nunca más,
porqué me permitiste sentir?,
prefiero ser el cadáver que era a vivir sin tus ojos,
prefiero ser el cadáver que era a vivir sin tus labios.


Trampa letal,
adictiva,
mi droga de la que quiero morir de sobredosis,
mi frenesí,
 que no se puede detener,
que me roba las noches y los días,
los sueños y la vida,
sin embargo
te seguiría bajo la tormenta más negra de la noche más funesta,
seguiría tus despliegues aromáticos
que han inundado mis sentidos,
que los han asfixiado placenteramente,
que me llaman,
que me buscan en lo más obscuro de mis sombras,
en lo más tenebroso de mis miedos,
que me intoxican los huesos,
huesos que se afanan por seguir buscando tu esencia,
tus labios, tus colores, tus sonidos,
buscando constantemente tus besos,
tus lirios de celulosa, tus delirios.

Te espero cuando miremos la noche,
te espero cuando la oculte el amanecer,
cuando tus células se suiciden en procesos catabólicos,
cuando me puedas abrazar la mente
como lo hace una soga a un ahorcado,
ahora sé con certeza que están alrededor de mí,
bestias que comen mi sangre,
que consumen mi carne putrefacta,
variaciones de colores que inundad horizontes perdidos
de sueños nunca contados,
destellan amaneceres que parecen nunca acabar,
ya agonizantes nuestras almas
 despiden en lo más profundo del abismo
el llanto reprimido, el llanto sin lagrimas,
el llanto seco de recuerdos que nunca serán contados,
y que se guardan para siempre en el olvido del tiempo

Veo como la nada se vuelve nostalgia
de varias generaciones,
ancestral en sus asuntos,
el tiempo guarda tantos sucesos,
pero pocos se almacenan en las entrañas,
en lo más visceral del corazón,
en lo más profundo del alma,
a veces inmortalizadas en pinturas
o en simples e irónicas letras
que tal vez nunca serán entendidas,
existencia, dilema del tiempo, amar o destruirse,
tu mirada o la nada, seguir viviendo
muriendo lentamente,
o morir rápidamente en un intento
de asfixiar lo que ya esta sofocado,
queriendo enamorar al león,
a la bestia dormida,
que algún rato mostrará sus colmillos,
que algún rato tendrá que matar cualquiera de sus partes
para poder matar el insomnio,
para poder aumentar sus fracasos o sus victorias,
tormentas rayos, niebla, granizo,
acariciando al ángel de la muerte,
embriagándolo con sus finos cabellos,
con el aurora verde azulada,
mostrando sus alas,
que brotan desde la obscuridad de sus palabras, de su voz,
su cabello tapando su boca,
para no decir nada que no quiera ser dicho,
pero que debería serlo,
debería repararse, debería arreglarse,
no abandonarse al olvido,
como una criatura que nace.

Estoy asfixiando cada vez más mi desolación,
la he asfixiando tanto que ella aprendió a vivir sin aire,
no hay peor derrota
que la que uno la desarrolla en lo más profundo de sus miedos,
en su mente,
te evaporas en mis recuerdos,
te mezclas como un paisaje de luna,
de luna, aves suicidas,
y el grito del demonio,
como un canto profundo,
tomando todos los pecados,
y vomitando maldiciones del paraíso,
el dolor de un ángel,
conformándose con mirar la esfinge,
no atreviéndose a pronunciar una palabra
ni a mostrar su rostro,
no pudiendo ocultar el cuerpo
bajo el manto del alma en pedazos
bajo el manto del alma en pedazos

La vida nos ha afectado a los dos,
nos ha tratado brutalmente,
y nos ha hecho brutales a cambio,
soy la sombra de los gritos potentes
de quien pudo ver el final de todo,
la esperanza sucumbida consumiendo sangre,
sangre que se coagula lentamente,
que se burla de los cielos,
que mira por encima del universo
y se esconde calmando su fuego y su luz

Yo como un espectro nadando en el mar,
fragmentando todo sentimiento,
consumiendo ira y odio para vivir,
mirando la luna y las olas,
escuchando latidos incesantes,
y buscando una vida sin muerte,
con llagas laceradas en todo el cuerpo,
y con una esencia que desprende dolor,
los sentidos se nublan, las fuerzas disminuyen, me dejo llevar por el mar,
mi alma lo siente, mi alma que ya está condenada,
mi ama que está vagando por el mundo,
osando tener discursos de vida
de polvo,
después de todo,
polvo somos,
y lo seremos,
pero yo no creo en Dios,
me niego a ser polvo,
me niego a ser polvo.

Muerte, inevitable destino,
meta incuestionable,
como el invierno que se aproxima,
y vida,
únicamente para poder elegir
de que queremos morir,
he elegido como morir,
definitivamente a tu lado
nada más importa,
ese es el efecto triste y dulce.






Obscuridad, luz,
peligrosas para alguien que no sabe controlarlas,
y el alma tan descuidada
que a pesar del daño sigue buscando ser consumida,
bella sinfonía que toca el diablo
a los oídos de un alma destrozada,
bello réquiem para los ángeles
que acaban por sucumbir al abismo de muerte,
sentimientos que murmuran sollozos,
la libertad nadie entiende ni la tiene,
como un silencio que dice más que mil palabras,
quizá sea el fin,
pero mi deseo de sobrevivir aumenta,
esa roca gritaba, acaso estaba viva ?
que le paso a esa esfinge,
también estaba viva,
gritaba a los confines del abismo,
es mi deber levantarme
me recuerdas?
no suelo rendirme tan fácil,
horas y horas hablando,
colmillos saliendo de tus dientes
que están clavados a mi corazón por siempre.

Toda meta es la muerte,
todos la esperan
aunque no la quieran,
que importa el color del día,
de tus pensamientos, de tus malos recuerdos,
si el amor te puede transformar
en el mas bueno de los demonios,
o en el más perverso cruel y malvado de los ángeles,
o en el más perverso cruel y malvado de los ángeles.

Veo con ansias, con angustia,
que una mano se abre paso a través de tu ojo,
queriendo salir al fin,
salir en un mar de lagrimas,
el tiempo con su paso cruel
nunca acabará matando nada,
largas historias que nos duelen contarlas,
te debo las mejores y las peores horas de mi vida,
un vínculo que no puede romperse
liberando de cadenas tus lágrimas atrapadas en las celdas de tus ojos,
tu alma callara a la hora del punto final, lo sé,
y tu corazón no revelará ni uno más de tus secretos,
tu piel se intoxicará de recuerdos vagos,
y tus venas explotaran tu sangre tibia,
pero tu mente seguirá recordándome,
después de todo
a quién le bastan únicamente los sueños.

Apartado del mundo,
no soy el mismo de antes
y no lo seré jamás,
siento frío
incluso en días soleados,
la reconozco en mis sueños,
en viejos recuerdos
en los que puedo sentir sensaciones mas allá de mi cuerpo,
de mi sistema nervioso,
la desconozco en la realidad
en la que está dormida,
sin despertar jamás,
en un sueño eterno, cíclico.

Sumido en tus lirios,
siento mi cuerpo como una cruel mentira
siento mi cuerpo y el silencio de tu corazón
como realidad,
he soñado tanto tiempo contigo
que ya no puedo distinguirte con las pesadillas,
y ya no puedo soñar con nada más,
mis flores no pueden marchitarse,
pero tú no las necesitas,
tu amas otras flores,
las que se arrancan, las que se vuelven polvo,
las que pierden su magia para siempre,
las que no se sueñan.

Veo un cielo fragmentado,
y yo con un paso en falso
empiezo a caer nuevamente,
veo un tornado de luz
consumido por infinita obscuridad,
niebla de una tierra que permanece dormida,
y yo con tanto sueño,
sugestionado  con canciones de cuna, para poder quedarme dormido,
deseoso de soñar con tu mirada, junto con pétalos destrozados de una flor sin vida,
te necesito para poder vivir,
o morir.

Estoy loco, estoy enfermo,
y tu mirada para siempre será el virus,
tu,
incurable, perfecta,
aunque estés muerta,
aunque no sonrías mas para mí,
enloquecido y enfermo hasta morir,
enloquecido por feniletilamina,
oxitocina, dopamina, serotonina,
al final tú serás la vida y la muere,
y siempre me recordaras a un ángel
con tu sonrisa,
un ángel que ha caído
al más frío de los infiernos.

Desesperación y desolación,
culpables de cegar mi alma,
y tú has colocado las vendas
apretadas como tus besos,
como una soga en el cuello,
amor, lo que siempre he temido,
reduciendo mi existencia hacia una cruel mirada.

Mira como mi sonrisa se desvanece,
es falsa, como una máscara,
tan tradicional y tan falsa,
que ya lo hago por costumbre,
una mirada tan fría
como un reflejo,
como un espejo sin alma,
después de matar por completo una parte mía
que únicamente vivía en lo más deslumbrante de tus ojos.

Ahora escucho música de un infierno frívolo,
y me atacan los recuerdos
pero no puedo defenderme,
siempre el león es el culpable
escuchando los susurros del cazador,
es derrotado, desdichado,
una sombra sin un cuerpo,
muerte sin vida,
dejándose atrapar por el miedo,
por el vacío.


Que alguien me llore una tempestad de lágrimas,
todo hiere,
que alguien busque mi vida
y la encuentre y se la quede,
no puedo matarme,
no puedo matar si no es a besos,
y si no es a ti a quien mate,
un beso,
un fantasma rondando por mis sueños,
atormentándome.

Cruel como una mirada de muerte,
cruel silencio que ahoga mis gritos,
aún así mi alma para siempre estará contigo,
búscame en tu sangre,
en tu corazón,
yo ya no me pertenezco
y el sol me delata,
el universo y sus constelaciones me delatan,
toda mi existencia para amar a una persona,
todo el universo resumido en tu mirada
que me ha derrotado completamente,
y que me ha hecho soñar
después de escuchar una apacible canción de cuna,
en lo más visceral de mi mente,
pero irónicamente lo digo todo,
y no digo nada,
que alguien me ayude,
que alguien me llore un diluvio de lagrimas
para calmar todos mis pedazos,
que alguien me llame con su voz,
necesito oír algún respiro,
algún suspiro,
un aliento de vida,
una palpitación,
delirios que te hacen soñar,
y ninguna persona se queda conforme
con el simple hecho de soñar.

Te aferras a mi mente,
pero desgarras parte de ella
llevándote pedazos de mi corazón,
miro temeroso como el sol se apaga,
como la luna, mi luna se rompe,
es mentira,
es mentira,
lo niego todo,
lentamente caigo en un profundo sueño,
y tengo un simple deseo,
un simple anhelo de pesadillas,
de una sola pesadilla,
de una sola y cruel pesadilla,
que pueda al fin despedazar
completamente mi alma,
y así,
poder arrastrarla al infierno.



Mi primer violín fuero mis lagrimas,
mis llantos,
mil llantos en mil noches,
sin actuaciones frívolas,
sin sonrisas maquilladas,
todo tan real,
ahora estoy hecho a base de derrotas,
incontables derrotas,
y poco a poco voy actuando
mi papel humano
como todos lo hacen.

Tu corazón como un sepulcro
y mi corazón apenas refleja sus palpitaciones,
amor,
tan delicado como un cristal,
como un diamante,
difícil de tratar sin un completo dominio,
como cortar carne y volverla a unirla suavemente,
como romper un hueso con un fino hilo,
como quebrar un alma y querer volverla a unir.

Aunque te arranques los pétalos
jamás podrás quitar tu belleza,
y la nada y tu,
por segunda vez,
llevándose todo lo que me queda de vida,
y de muerte
llevándose a la más miserable alma
llevándose todo pensamiento
que solamente anhela
todo recuerdo, toda canción, cada frase, cada color,
agonía que no se va,
que se queda para siempre,
para siempre mis manos dibujándote,
 y yo perdiéndome en ti.

Si el alma es tan bella tal como esta,
llena de tristeza, de dolor, de muerte,
es imposible no amarla
cuando es atraída por un vinculo irresistible,
después de todo
la belleza nunca ha podido mirar a nadie,
porque es simplemente una caricia suave y apacible,
es simplemente
una mirada.

Acaso no escuchas esa voz
esa voz llena de suavidad,
como un simple y tan complejo lamento,
como un simple y tan desgarrador gemido,
que revela todos los ecos del mundo,
deliciosos ecos que fluyen a mi alrededor,
fluyen como puñales con el viento de la noche,
me envuelven como el mar a la tierra,
como las olas a las rocas,
y yo sin saber si debo sumergirme en ellas
o debo fundirme en la corriente del alma del universo,
en el alma del cosmos,
hasta perder la conciencia

Música,
bella música,
un fantasma que me persigue,
una mentira verdadera,
una mentira porque no existe físicamente,
es real y no lo es,
como tú,
como palabras que caen al fondo del infierno,
para regresar con una maldición,
para que el diablo las persiga para siempre,
para estar triste para toda la vida,
supremo deleite para los malditos.

Tu sonrisa,
que puede más que un ejército completo dispuesto a la guerra,
que puede más que cualquier arma, que cualquier veneno,
no puede ser de ninguna persona que no la entienda,
tu belleza, en un mundo hostil,
ha sido magnificada por tu ignorancia de ello,
y cualquier cosa bella en este universo,
es deseable hasta la locura.

Rosas blancas que caen al fondo del infierno
y vuelven prohibidas,
la obscuridad ha hablado
y ellas la han escuchado,
sin embargo,
no pueden descansar hasta que estés a salvo,
no tienen otro propósito en la vida,
mas que el de matarte,
pero solo pueden matar a besos,
pero solo pueden matarte a ti,
tal vez este demonio siempre estuvo tras de mí,
tal vez este demonio siempre estuvo en mi.

Quién no ama una causa perdida?
yo podría vivir libremente,
pero hay cosas en el alma que no se pueden liberar,
no llores,
yo aprendí ese talento y sé que llorar no da consuelo,
trata de rezar
yo trate de rezar,
y Dios no me contestó,
pero el Diablo lo hizo,
tanto que decir y tan poco a la vez,
trate de espiar en el fondo de mis sombras
y encontré tu sonrisa,
tu yo normal,
pero acaso la gente quiere ser normal ?
espiando en el fondo encontré tus lagrimas,
enterradas por tus recuerdos,
olvidadas en el tiempo,
tu silencio y tu soledad, invadiendo mi alma
y bailando entre bosques y estrellas.

Que le paso a tu obscuridad
estaba viva,
y gritaba.

Veo luces rojo escarlatas,
carcomiendo mis sentidos,
con el olor a tabaco,
que quiere quedarse en el universo conocido,
siento vientos fríos,
en el mas cálido infierno
vientos que quieren desnudar tu alma,
hacerte deshumana nuevamente.

Agobiante tristeza que no se va,
como el cáncer,
ha venido para quedarse,
se pasea en el jardín de mi mente,
come mi alma despedazada,
desgarra con sus dientes todos mis sentidos,
siento como sus colmillos dañan mi piel,
pero hay que convertir el dolor en cosas bellas,
tengo que hacerlo.

Me pregunto quién te dejó caer,
y por qué tuve que encontrarte,
                quién te asfixió el anhelo de sueños
sueños sobre los cuales suspirabas,
quién sofocó tu deseo,
de morir por un beso bajo la lluvia,
de danzar sobre los charcos ensangrentados de mi vida,
de querer despertar demonios ocultos
con tu sonrisa.

Puedo, responder bien ante el dolor
usarlo para crear, cosas bellas,
para hacer música,
escribir,
cantar,
bailar,
después de todo,
hay que disfrutar del dolor
de igual forma que de la felicidad,
que la desdicha, que el fracaso, que el miedo,
que las traiciones,
todo es disfrutable siempre que no se atenúe
por drogas muertas cotidianas.

Sol de media noche
que no puede ser feliz,
luna en la madrugada
que no quiere salir por miedo,
como un venado que se oculta en el bosque,
uno de estos días, cuando cierres los ojos,
seré tu peor cenit en el día
y la peor luna de tus noches.
y  finalmente amarás todas mis sombras,
no aparecerá el diluvio y la tormenta,
que detone el horizonte con un color rojizo,
como la sangre caliente,
que amanece desahuciada
del cuello húmedo de tus lunas.

Sabor de tu voz
que explota furiosamente como un volcán en las entrañas,
dando alma a la materia sin vida,
dando tiempo que nadie más vivirá,
paralizando vientos huracanados,
calmando bestias sedientas de sangre,
deteniendo la obscuridad con cada exhalación.

Batallas sangrientas,
contra mis recuerdos,
salir victorioso no es posible
cuando tu mirada acecha en la niebla,
cuando tu hielo pide a gritos,
dos cuerpos para iniciar el infierno,
cuando miras en tu pecho,
tu corazón hecho pedazos,
en lugar de un espacio vacío.

Me recuerdas a un ángel cuando sonríes.

Aquí yace un alma en agonía perpetua,
en el suelo frío, descalzo, desnudo,
necesitando un simple suspiro,
de tu aire,
para poder volar,
para salir de la miserable existencia,
en un viaje eterno,
y si retorno llenaré mi cuerpo de agonía,
deseo de dos cuerpos celestes
chocando en el espacio,
generando la vida del universo,
y generando la destrucción de sus almas,
almas que cuando se encuentran
rompen estrellas ensangrentadas de lunas,
apaciguan fieras criaturas de las sombras,
colapsan universos creando expansiones infinitas
de sueños jamás contados.

Escribo cuentos para niños dormidos,
dormidos por largos años
en el eterno ocaso del silencio,
en el abismo de halcones devorados,
canciones de cuna para poder dormir,
canciones de cuna para suplicar un sueño eterno,
muerte,
la meta de todo ser que se atreve a nacer.

Robaré tus días más soleados,
y tus lunas más bellas,
que son mortales en la luz,
e inmortales en las sombras.
y produciré alucinaciones reales
conocidas como realidad
vanas, como plumas de aves muertas,
como letras en el vacío del alma.

Soy el silencio gritando al abismo,
acercándome a tu cuello,
susurrando morir por tus suspiros,
deseando acostarme con tus sombras,
pienso que ya he tocado fondo con tu mirada,
pero sigo cayendo más profundo,
sin nadie que me rescate,
en la obscuridad del viento silvestre
del más profundo y deleitable infierno.

Te he besado el alma,
para darme cuenta que no te conoces,
allí estas tendida entre la obscuridad,
entre las sombras,
embriagándote con cordura
atenuando tu lobo no normal,
intentando ser parte de la vida,
de la cotidianeidad mediocre de la vida.

Ahora siento intensamente la ausencia
de tus manos,
de tus ojos,
de tu boca,
de tus delicados suspiros,
aunque no sean por mí
pero ya he decidido morir amándote,
o morir asesinado por ti,
deseo ir a dormir embriagado de tus labios,
o ahogado con mis propios suspiros.

Tienes vida sin poseer alma
pero haces que la existencia de Dios, sea finita
con una simple exhalación,
mi cuerpo, saliendo de su tumba,
grita el diluvio de lagrimas que me han enterrado,
gritan muerte por dentro,
de la que duele con cada respiración.

No quiero nada más en la vida,
solo te quiero a ti,
tan solo a ti,
pero escucho el viento gritar,
en el silencio que callas,
escucho a las piedras recitar
las palabras más sublimes de la fantasía humana,
pero cada palabra que no me dices
hiere el alma de muerte.

Mi deseo de vivir, es únicamente
para morir contigo.

Recóndita armonía que llega
después de pensarte tanto en mis sueños,
te tengo en mi cabeza,
tengo tu voz,
tu perfume,
tu piel,
tus manos, tus preguntas, tus palabras,
ahora eres parte de mí,
como cualquiera de mis huesos,
de mis átomos,
de mis partículas.

Nada en el mundo se compara con el amor,
nada es mejor que amar,
moriría amándote sin pensarlo,
así tu amor esté maldito.

Con sutileza
has despedazado mi alma en millones de pedazos,
y yo volvería de nuevo
al fuego abrazador de tus ojos,
para autodestruirme nuevamente,
volvería a hacer que mis lagrimas,
se sonrían entre ellas al pensarte.

Estás en cada palabra,
en cada recuerdo,
en cada respiro y en cada suspiro,
en el día y en la noche,
en las sombras,
en mis demonios,
en mis voces interiores.

Vida, demasiado grande
sin ti,
demasiado atemorizante,
llena de desesperación,
de tristeza,
de guerras,
de estupidez humana,
llena de cordura, de rutinas
que solo los locos las practican,
encarcelando al lobo feroz, sin control,
hambriento de ovejas,
y es la hora del diablo,
el cual ríe de soledad,
mientras la luna lo mira tranquilamente.



Ven conmigo a ese lugar
en donde las flores, reconozcan su aroma,
reconozcan que aroman la vida,
en donde el sol alumbra con intención de hacerlo,
donde el cuerpo realmente expresa,
lo que el alma siente,
mi sombra se ha duplicado por tu belleza,
ahora tuyo, ahora mía, eternamente.

Miro el aire cantar,
el sonido de las armas,
y yo soy una hoja en blanco,
un lienzo,
la nada desde el comienzo,
guardando un poco de vacío
para cuando la obscuridad se apague,
guardando para siempre un poco de ti,
para cuando quiera ser yo.

Tal vez la vida
es únicamente una canción triste,
yo solamente quiero morir junto a tu tristeza,
y una vida contigo, que cierre el paso al horizonte,
cubierta de nubes, de picos de montañas,
al fin completos,
esperando la muerte
para que el amor sea eterno.

Podrás estar fuera de mis ojos,
pero nunca de mis pensamientos
todos los síndromes,
todos los síntomas,
amor,
mas un poco de la nada
de la cual soy partícipe,
ese día nos encuentra a todos,
y debo cuidar mi sangre si te acercas,
mi tristeza,
pero en tus labios, pierdo mi tristeza,
y encuentro mi eternidad.

Mi alma cansada de no existir
estando lejos de ti,
lejana como una brisa acariciando tu pelo,
en el invierno,
como lo hace un suspiro a un muerto,
dolor lujurioso,
que a pesar del daño
me tiene tranquilo
mientras respiro tu alma
mientras aspiro tu esencia.


Vacío,
sin palabras, sin aliento,
 sin fuerzas más que las de un cruel suspiro
agotado,
soles desvanecidos en el ocaso,
en mi cama,
en las sombras,
con delirios de sangre,
que ahora se evaporan ante mis ojos,
nada me mira,
incluso mis demonios se alejan,
la noche me llama
a una sincera maldición,
jaula de tus ojos,
que desbordan lágrimas de sangre,
que opacan una voz en el cuello,
perdida con delirios
mezclados con luces apagadas,
luces,
que se encienden continuamente para ver si despertaste,
después de que has escuchado canciones de cuna perpetuas.

El dolor cuando no es verdugo
es una mentira de maestro,
abrazo tu ausencia
con letras turbias,
confundidas con certezas
confundidas con infiernos fríos.
y me tienes caminando en el aire,
pero,
alguna vez en el suelo,
contamos todos los segundos,
para no recordar ninguno,
amo a esa flor maldita,
sentenciada con lágrimas negras,
liberando el caos,
que mancha el cielo azulado,
que nos gobierna absolutamente,
absorbiendo la vida y la muerte.

Ella lo es todo para mí,
aunque sea una mentira,
un instante y sobrepasé la escala del dolor,
lo sobrepasé hasta ya no sentir nada,
doblegando mi alma,
doblegando mi voluntad,
hasta hacerla pedazos,
hasta hacerla desaparecer.

Desnudarse de todas las formas,
para no ser el mismo,
como si se pudiera reciclar los suspiros,
Dios cerró los ojos,
y la dejó morir sin los parpados abiertos,
una mujer, necesitada de amor que mata,
necesitada de amor mortal,
como un infierno desbordado por almas y no entendido,
como gotas de sangre, como puñales,
perdiendo cada amanecer
en el diluvio de tus ojos,
interpretando silencios,
en lugar de buscar respuestas
inevitable exterminio de la verdad,
estéril,
reflejos de un cuerpo desnudo,
sin el alma,
matando sombras de recuerdos perpetuos,
viendo como resbalan por la sangre cortada,
filos envueltos de sollozos.

No hay nada peor que demasiado tarde,
y pasan tantas cosas a la vez,
que es mejor decir
estoy bien,
cementerios,
para rendir culto al cuerpo,
que se descompone lentamente,
bajo el manto azul de tus ojos,
el cielo y el infierno,
juntos, eternos,
llevándose tan bien
en tus labios.

Tus ojos me hablaron,
no debiste mirarme.

A quién le basta soñar, con tus besos,
deja de ser real, cuando la cordura toma a la razón,
es tan absurdo,
como aparentar que el agua no es vital,
que el corazón se detiene,
que no existe estupidez humana,
que el cuerpo no necesite respirar,
aunque lo haga con tu mirada.

Decidí no ser yo,
para no pensar en mí,
ni en ti,
los escalofríos se detienen,
los tartamudeos se esconden,
quieren no extrañarte todo el tiempo,
quieren no vomitar feniletilamina,
mientras el alma se desgarra
quieren ser libre de tu recuerdo,
quieren ser desconocidos.

Hace mucho tiempo,
escuché por primera vez
música,
de la que solo se escucha una vez en la vida,
cosas que olvidamos,
como darnos de la mano
y subir una montaña,
mientras corríamos por la pradera en la infancia,
cosas que no pensamos sentir nunca más,
por miedo a sufrir.

Tu y yo,
en realidades alternas,
quiero controlar mi respiración
para no morir ahogado de suspiros,
quiero huir y no regresar jamás,
pero mi cuerpo se encuentra encadenado al tuyo,
extrañaba sollozar al invierno,
una fuerza sin control
hace que mi corazón se agite,
envuelto en la lluvia ferviente de mil lágrimas,
arrastradas por fin a la muerte.


Vivo,
únicamente para verte todos los días,
mas fuerte es el amor,
me siento vivo contigo, con tu recuerdo,
maldito para toda la vida,
maldito en tus besos,
en los cuales no podía parar,
ahora,
es por ti que escribo.


Llamarla viva,
parece una mentira,
que sublime poder volar a cualquier parte,
pero las alas de mi alma, están muertas,
tú las mataste,
mientras te respiraba profundo,
mientras te escribía.

Tu mirada nuevamente,
me tiene caminando en el aire,
abriendo mi cuerpo, mi alma hasta las entrañas,
ignorando este acto despiadado,
espero que sea el sol el que me hable de tus alas,
espero visitar las estrellas, las galaxias,
y que mi noche sea la tuya,
interpretando el firmamento,
mientras estemos envueltos en besos apasionados.

Tiempos distintos,
me hubiese gustado llegar antes a tu vida.
pero necesito que vuelvas a ser la misma niña que eras
cuando corrías enamorada por las praderas.

Somos latidos que se apagan poco a poco
y puedo fingir, bajo el riesgo de no vivir
un sentimiento desnudo
el cual sostiene un frágil suspiro,
en un ascenso de resistencia
para no desgarrar los huesos y el alma,
al final se que la misma flor que hoy admiras,
 mañana estará muerta.

Te quiero más allá de mis limitaciones humanas
te quiero inhumanamente
porque no te puedo amar de otra manera,
por favor, despierta,
necesito de vuelta mi corazón,
aunque al final
solo pueda dejar sombras de una apacible canción de cuna.

Existen miles de formas de morir
yo solo conozco una,
tú.